jueves, 26 de diciembre de 2013

Mi voz se oirá #Cap.1


Cap1- El 1º día

No había empezado con buen pie el día. Yo estaba muy intranquila porque quería presentarme para delegada. Tenía el corazón que se me salía del pecho de los nervios. Pero Nata me tranquilizó:
-No te preocupes eres muy responsable y así tiene que ser una delegada- Dijo con su dulce voz.
-¿Por qué te agobias? , lo único que tienes que hacer es ponerte ante la clase y decir “Aquí estoy yo, o me votáis o os meto…”– dijo Lucas para hacerme reír.
Casi se me olvida hablaros de Lucas, es nuestro mejor amigo. Nata y yo lo conocimos nada más empezar primaria. Tiene el pelo negro, los ojos azules y una gran sonrisa de oreja a oreja. Siempre está haciendo gracias y es muy extrovertido, además, no soporta que yo no sea capaz de abrirme más a la gente.
-No me agobio, sólo estoy nerviosa por si no me eligen- respondí yo mordiéndome las uñas.
-Deja de hacer eso- me riño Nata apartándome la mano de la boca- Todo va a salir bien y además…
Nata no pudo terminar la frase porque de repente apareció Jennifer. Era la chica más guapa y “popular” del cole, pero también la más desagradable y pija del mundo. Su aspecto físico era parecido a Nata. También era rubia pero con el pelo liso y larguísimo, sus ojos (que expresaban lo creída que era) parecían azabache de lo negros que eran.
Jennifer se acercó a nosotros y dijo:
-Me han dicho que te presentas para ser la “dele” Sara
-Soy Clara- dije con un hilo de voz
-¿Qué más da? Lo importante es que no te hagas ilusiones porque yo también me presento
-Entonces la competencia no es tanta- rió Lucas
-Ja, ja, ja, que gracioso- respondió Jennifer sarcásticamente- “By”.
Y Jennifer se fue dejándome en un estado de decepción. Ya estaba segura que nada iba a salir como yo quería. Pero oír la voz de Nata me animo.
-No le hagas caso a esa pija y vámonos a clase
Y comenzamos a caminar los tres, escaleras arriba. Un camino que me pareció como un largo paseo hacia la derrota. Mientras subíamos pude ver a los demás compañeros del instituto, algunos llevaban tanto tiempo en mi clase que yo ya sabía cómo era cada uno: ese es deportista, esa es una artista, ese se hace pasar un malote pero en el fondo solo quiere mejorar… Pero ellos no me conocían de verdad, solo las cosas superficiales, pero esto cambiaría este curso.
Por fin llegamos a clase y cada uno se sentó en el sitio que le tocaba, pues encima de la mesa estaba su nombre. A Nata y Lucas les tocó uno al lado del otro, y a mí en una esquina de atrás. El compañero que me tocaría delante no estaba ¿quién sería?
Bueno, llegó el momento, el profesor pregunta:
-¿Quiénes se quieren presentar para delegado de la clase?
-Yo “teacher” – se levanta Jennifer acompañada de un aplauso de toda la clase.
Nata me mira muy seria. Respiro hondo y lentamente me levanto.
-Yo también- digo mientras los demás me miran callados
El momento que menos me gustaba ya había pasado. Ahora tocaba votar. La verdad, es que tenía la sensación que al sacar buenas notas, no tener faltas y no molestar a nadie, saldría elegida. Eso sería lo normal, lo correcto. Pero me equivocaba…
Sí, al final, Jennifer sale ganadora. ¡¿Cómo pude ser tan ingenua?! Pensar que sólo por vencer mi timidez un día ya se iban a acabar mis problemas no fue una gran idea. Pero la clase había hablado y yo no podía a hacer nada, así que me limité a sonreír con mis tres votos en la mano. Pero… un momento… tres votos ¡no puede ser! Las que nos presentábamos no podíamos votar. Un voto de Nata con su maravillosa caligrafía, el de Lucas escrito en rojo y con mayúsculas y el otro tenía dibujado un pequeño corazón. ¿De quién era ese voto misterioso? No le presté mucha atención y continuó mi día.
Las siguientes horas de clase se hicieron muy cortas. Y al volver a casa con Nata me sentí mucho mejor. Hasta que llegó Jennifer.
-Ohhh. Siento mucho que no hayas ganado- dijo en tono sarcástico- Es que hay gente que nació para ser una perdedora
-Mira mona, tus comentarios estúpidos te los metes donde te quepan – saltó Nata
Tanto Jennifer como yo nos quedamos perplejas. Ella se marchó indignada, pero yo me quedé mirando a Nata alucinada.
-Lo siento, exploté- se disculpó
Yo no podía ni hablar de lo extraño que me parecía eso. Nata era la chica más buena, dulce y tranquila del mundo. Solo hizo eso por mí. Los ojos se me empañaron.
-¿Estás bien?- preguntó asustada
Entonces la abracé lo más fuerte que pude. Ella se rió y yo le dije al oído:
-Gracias por defenderme. Te quiero mucho
-Todo por ti mi amor- respondió ella devolviéndome el abrazo

Espero que os haya gustado...
Un besooo <3


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